¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas adoraciones, tanto simpatía y tanta paraíso como Tú consagras a tu eterno Padre! Sé el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de mi crimen. Esta Gracejo te la pido también para los pobres https://keybookmarks.com/story17500040/la-mejor-parte-de-oracion-de-la-ma%C3%B1ana